Puerta cortafuegos: Un salvavidas frente a un incendio (Parte I)

Las Puertas Cortafuegos, también conocidas como Puertas RF (Resistente al Fuego), se han convertido en una medida esencial frente a un incendio en espacios cerrados, puesto que actúan como una barrera física, evitando la propagación de las llamas y facilitando la evacuación durante una emergencia.

Elegir la Puerta RF que mejor se adapta a tus necesidades es fundamental para que ésta cumpla su principal misión, que es cerrar y aislar la zona donde está el incendio, sellando el aire; cortar las llamas y el humo, evitando el paso de los gases; contener la temperatura de la estancia, impidiendo que ésta aumente; y evitar la inflamación de estructuras y el mobiliario de alrededor.

Cada vez son más los edificios, centros comerciales, complejos industriales, viviendas o garajes, entre otros, que disponen de estos dispositivos debido a que el Código Técnico de la Edificación (CTE) y la norma UNE 23740-1 lo exigen. En España son obligatorias en puertas de entrada y salida peatonales, industriales, comerciales y de garaje.

Siguiendo las recomendaciones y normativas existentes, lo ideal es que se instalen en entradas y salidas de edificios, accesos a escaleras y ascensores, pasillos largos y otras salidas o vías de escape, compartimentando espacios y creando vías de escape seguras para las personas. Es importante que tengas en cuenta que la extensión de la superficie incidirá directamente en el número de puertas a instalar.

Para que una Cortafuegos sea efectiva es necesario que todos sus componentes (bisagras, tornillos, interior, maco, …) sean resistentes al fuego y que las hojas y los marcos estén bien ajustados para que impidan el paso de gases calientes y humos de un lado a otro. La instalación de un sistema de autocierre -el más común es la barra antipánico- es primordial al igual que la cerradura sea de plástico para que se derrita con el calor y no deje pasar el oxígeno que aviva el fuego.

La vida útil de este tipo de puertas es de 20 años, aunque debe realizarse una revisión especializada anualmente. En dicha revisión, se comprueba el perfecto estado de todos los componentes (cerraduras, bisagras, barras antipánico, juntas, ojos de buey, mirillas, ...); el estado de la hoja (que no tenga golpes, deformaciones y/o roturas); y la capacidad de autocierre (que el marco y la hoja están perfectamente ajustados o que la puerta no esté descolgada).

Las Puertas Cortafuegos se pueden clasificar según el material utilizado en su composición, el número de hojas, en manual o automáticas, el tipo de apertura o cierre, la frecuencia de uso y de acuerdo a la clasificación de la norma UNE-EN 13501. Pero profundizaremos más sobre este tema en la próxima publicación.

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